Los peores discursos serán, inevitablemente, aquellos en los que el expositor hable con la pared del fondo, o con la puerta de ingreso pero nunca interesado por quienes lo escuchan. Así tengan la mejor voz del mundo, un verbo de Academia de la Lengua, o un carisma de Santo Padre o maestro espiritual no lograrán más que encontrar rechazo y desatención.
Vivir en concordancia con lo constructivo del tema que dominamos es una actitud de honestidad para con nosotros y para con los demás. Quien sólo habla pero no hace es como quien habla de vender y jamás ha vendido, o como quien enseña a cantar y jamás cantó.
Un orador, al igual que un estudiante, es alguien que aprende constantemente. Así como un escritor se forma en la práctica de escribir, pero primero en la práctica de leer. Como un maestro enseñando, pero primero en la práctica de aprender.
Es un arduo trabajo, al final gratificante y lleno de profundas satisfacciones. Ya lo dijo Theodore Roosevelt: “Cuando alguien te pregunte si puedes hacer un trabajo dile: “Con total seguridad puedo hacerlo”. Y luego ponte en marcha y descubre como hacerlo.”
ESTOY SEGURA QUE CADA UNO DARÁ LO MEJOR DE SÍ PARA LOGRAR NUESTRAS METAS Y LAS DE LA CÁTEDRA!
Los peores discursos serán, inevitablemente, aquellos en los que el expositor hable con la pared del fondo, o con la puerta de ingreso pero nunca interesado por quienes lo escuchan. Así tengan la mejor voz del mundo, un verbo de Academia de la Lengua, o un carisma de Santo Padre o maestro espiritual no lograrán más que encontrar rechazo y desatención.
ResponderEliminarVivir en concordancia con lo constructivo del tema que dominamos es una actitud de honestidad para con nosotros y para con los demás. Quien sólo habla pero no hace es como quien habla de vender y jamás ha vendido, o como quien enseña a cantar y jamás cantó.
Un orador, al igual que un estudiante, es alguien que aprende constantemente. Así como un escritor se forma en la práctica de escribir, pero primero en la práctica de leer. Como un maestro enseñando, pero primero en la práctica de aprender.
Es un arduo trabajo, al final gratificante y lleno de profundas satisfacciones. Ya lo dijo Theodore Roosevelt: “Cuando alguien te pregunte si puedes hacer un trabajo dile: “Con total seguridad puedo hacerlo”. Y luego ponte en marcha y descubre como hacerlo.”
ESTOY SEGURA QUE CADA UNO DARÁ LO MEJOR DE SÍ PARA LOGRAR NUESTRAS METAS Y LAS DE LA CÁTEDRA!