miércoles, 29 de septiembre de 2010

El arte como herramienta para la enseñanza de las Ciencias Sociales


A continuación les dejamos algunos ejemplos trabajados en clase para utilizar diferentes disciplinas artísticas en la enseñanza de algún contenido vinculado a las Ciencias Sociales:

Primero un cuento y su guía

Taller Práctica Docente

“El arte como recurso educativo para trabajar en Ciencias Sociales”

“Un General en la Biblioteca” de Italo Calvino

En Panduria, nación ilustre, una sospecha se insinuó un día en la mente de los altos oficiales: la de que los libros contenían opiniones contrarias al prestigio militar. En realidad, de procesos y encuestas se desprendía que esta costumbre ya tan difundida de considerar a los generales como gente que también puede equivocarse y aun provocar desastres, y las guerras como algo a veces diferente de las radiantes cabalgatas hacia destinos gloriosos, era compartida por gran cantidad de libros modernos y antiguos, pandurrios y extranjeros.

El Estado Mayor de Panduria se reunió para hacer un balance de la situación. Pero no sabían por dónde empezar, porque en materia de bibliografía ninguno de ellos era muy ducho. Se nombró una comisión investigadora, al mando del general Fedina, oficial severo y escrupuloso. La comisión examinaría todos los libros de la biblioteca más grande de Panduria.

Estaba esta biblioteca en un antiguo palacio lleno de escaleras y columnas, desconchado y decrépito por aquí y por allá. Sus frías salas estaban atestadas de libros, repletas, en parte impracticables; sólo los ratones podían explorarlas en todos sus rincones. El presupuesto del Estado pandurio, sobrecargado con ingentes gastos militares, no podía proporcionar ninguna ayuda. Los militares tomaron posesión de la biblioteca una mañana lluviosa de noviembre. El general se apeó de su caballo, retacón, sacando pecho, con su gruesa nuca afeitada, las cejas fruncidas sobre el pincenez; de un automóvil bajaron cuatro tenientes larguiruchos, el mentón alto y los párpados bajos, cada uno con su portafolios en la mano. Después venía una cuadrilla de soldados que acamparon en el antiguo patio con mulos, balas de heno, tiendas, cocinas, radios de campaña y estandartes.

Se pusieron centinelas en las puertas y un cartel que prohibía la entrada, «debido a las grandes maniobras y mientras duraran las mismas». Era un expediente para que la investigación se pudiera realizar en el mayor secreto. Los estudiosos que solían llegar a la biblioteca todas las mañanas, con los abrigos puestos, bufandas y pasamontañas para no congelarse, tuvieron que volverse atrás. Perplejos, se preguntaban:

-¿Cómo?, ¿grandes maniobras en una biblioteca? ¿No irán a desordenarla? ¿Y la caballería? ¿Y harán también ejercicios de tiro?

Del personal de la biblioteca sólo quedó un viejecito, el señor Crispino, reclutado para que explicase a los oficiales la localización de los volúmenes. Era un tipo bajito, con el cráneo calvo como un huevo y ojos como cabezas de alfiler detrás de las gafas con patillas.

El general Fedina se preocupó ante todo de la organización logística, porque las órdenes eran que la comisión no saliera de la biblioteca antes de haber llevado a su término la investigación; era un trabajo que requería concentración y no debían distraerse. Se procuraron suministros de víveres, alguna estufa del cuartel, una provisión de leña, a la que se añadió alguna colección de viejas revistas consideradas poco interesantes. Nunca había hecho tanto calor en la biblioteca en aquella estación. En lugares seguros, rodeados de trampas para los ratones, se colocaron los catres donde el general y sus oficiales dormirían.

Después se procedió a la adjudicación de las tareas. Se asignó a cada uno de los tenientes determinada rama del saber, determinados siglos de historia. El general controlaría la clasificación de los volúmenes y los sellos diferentes aplicados según el libro fuera declarado legible para los oficiales, los suboficiales, la tropa, o bien denunciado al Tribunal Militar.

Y la comisión comenzó su servicio. Todas las noches la radio de campaña transmitía el informe del general Fedina al comando supremo. «Examinados, tantos volúmenes. Considerados sospechosos, tantos.» Rara vez aquellas frías cifras iban acompañadas de alguna comunicación extraordinaria: la petición de un par de gafas de présbita para un teniente que había roto las suyas, la noticia de que un mulo se había comido un raro códice de Cicerón que había quedado sin custodia.

Pero iban madurando acontecimientos de mucha mayor importancia, de los que la radio de campaña no transmitía noticias. La selva de libros, antes que ralear, parecía cada vez más enmarañada e insidiosa. Los oficiales se habrían perdido si no hubiese sido por la ayuda del señor Crispino. Por ejemplo, el teniente Abrogati se ponía de pie como movido por un resorte y arrojaba sobre la mesa el volumen que estaba leyendo:

-¡Pero es inaudito! ¡Un libro sobre las guerras púnicas que habla bien de los cartagineses y crítica los romanos! ¡Hay que hacer en seguida la denuncia!

(Es preciso decir que los pandurrios, con razón o sin ella, se consideraban descendientes de los romanos.) Con paso silencioso en sus pantuflas afelpadas, se le acercaba el viejo bibliotecario.

-Y eso no es nada -decía-. Lea aquí, siempre sobre los romanos, lo que se escribe, podrá dejar constancia en el informe también de esto. Y esto, y esto -y le sometía una pila de volúmenes.

El teniente empezaba a hojear los volúmenes, nervioso, después, más interesado, leía, tomaba notas. Y se rascaba la cabeza, farfullando:

-¡Demonios! ¡Pero cuántas cosas se aprenden! ¡Quién lo hubiera dicho!

El señor Crispino se desplazaba hacia el teniente Lucchetti que cerraba un tomo con furia, diciendo:

-¡Muy bonito! Aquí tienen el coraje de expresar dudas sobre la pureza de los ideales de las Cruzadas! ¡Sí señor, de las Cruzadas! Y el señor Crispino, sonriendo:

-Ah, mire que, si tiene que hacer un informe sobre ese tema, puedo sugerirle algún otro libro donde encontrará más detalles, -y le bajaba medio anaquel.

El teniente Lucchetti arremetía y durante una semana se lo oía hojear y murmurar:

-¡Pero hay que ver, estas Cruzadas, qué historia!

En el comunicado vespertino de la comisión, la cantidad de libros examinados era cada vez mayor, pero ya no se transmitía ningún dato sobre los veredictos positivos o negativos. Los sellos del general Fedina quedaban sin usar. Si, tratando de controlar el trabajo de los tenientes, preguntaba a uno de ellos: « ¿Pero cómo has dejado pasar esta novela? ¡La tropa queda mejor parada que los oficiales! ¡Es un autor que no respeta el orden jerárquico!», el teniente le contestaba citando otros autores enredándose en razonamientos históricos, filosóficos y económicos. Se producían discusiones generales que duraban horas y horas. El señor Crispino, silencioso en sus pantuflas, casi invisible con su guardapolvo gris, intervenía siempre en el momento justo, con un libro que a su entender contenía detalles interesantes sobre el tema en cuestión, y que siempre producía el efecto de poner en crisis las convicciones del general Fedina.

Entre tanto los soldados poco tenían que hacer y se aburrían. Uno de ellos, Barabasso, el más instruido, pidió a los oficiales un libro para leer. Quisieron darle sin más uno de los pocos que ya habían sido declarados legibles para la tropa; pero pensando en los miles de volúmenes que aún quedaban por examinar, al general no le pareció bien que las horas de lectura del soldado Barabasso fueran horas perdidas para los fines del servicio, y le dio un libro que estaba por examinar, una novela que parecía fácil, aconsejada por el señor Crispino. Una vez leído, Barabasso debía informar al general.

Otros soldados también pidieron y consiguieron lo mismo. El soldado Tommasone leía en voz alta a un camarada analfabeto, y éste daba su parecer. En las discusiones generales empezaron a participar también los soldados.

Sobre la consecución de los trabajos de la comisión no se conocen muchos detalles: lo que sucedió en la biblioteca durante las largas semanas invernales no fue objeto de informe. El hecho es que al Estado Mayor de Panduria llegaban cada vez menos informes radiofónicos del general Fedina, hasta que llegó el momento en que dejaron de llegar por completo. El comando supremo empezó a alarmarse; transmitió la orden de concluir la investigación cuanto antes y de presentar una relación exhaustiva.

La orden llegó a la biblioteca cuando en el alma de Fedina y de sus hombres luchaban sentimientos encontrados: por un lado descubrían a cada momento nuevas curiosidades que satisfacer, iban tomando gusto a aquellas lecturas y aquellos estudios como jamás lo hubieran imaginado; por otro lado no veían la hora de volver con las gentes, de retomar contacto con la vida que les parecía ahora mucho más compleja, casi renovada ante sus ojos; y por otro más, al acercarse el día en que deberían abandonar la biblioteca, se sentían llenos de aprensión, porque debían rendir cuentas de su misión, y con todas las ideas que les brotaban en la cabeza ya no sabían cómo salir del atolladero.

Por la noche miraban desde los vitrales los primeros brotes en las ramas iluminadas por el crepúsculo, y las luces de la ciudad que se encendían, mientras uno de ellos leía en voz alta los versos de un poeta. Fedina no estaba con ellos: había dado orden de que lo dejaran solo en su mesa, porque debía redactar la relación final. Pero de vez en cuando se oía sonar la campanilla y la voz que llamaba: « ¡Crispino! ¡Crispino!». No podía seguir adelante sin la ayuda del viejo bibliotecario, y terminaron por sentarse a la misma mesa y redactar juntos la relación.

Por fin una buena mañana la comisión salió de la biblioteca y fue a informar al comando supremo; y Fedina ilustró los resultados de la investigación delante del Estado Mayor reunido. Su discurso fue una especie de compendio de la historia de la humanidad, desde los orígenes hasta nuestros días, en la que todas las ideas más indiscutibles para los bien pensantes de Panduria eran criticadas, las clases dirigentes denunciadas como responsables de las desventuras de la patria, el pueblo exaltado como víctima heroica de guerras y políticas equivocadas. Fue una exposición un poco confusa, con afirmaciones a menudo simplistas y contradictorias, como ocurre a quien ha abrazado hace poco nuevas ideas. Pero sobre el significado general no cabían dudas. La asamblea de los generales de Panduria palideció, desencajó los ojos, recuperó la voz, gritó. El general no pudo terminar siquiera. Se habló de degradación, de proceso. Después, por temor a escándalos más graves, el general y los cuatro tenientes fueron declarados en retiro por motivos de salud, debido a «un grave agotamiento nervioso contraído durante el servicio». Vestidos de paisano, se los veía entrar a menudo, con sus abrigos y arropados para no congelarse, en la vieja biblioteca donde los esperaba el señor Crispino con sus libros.

Datos del Autor

Nace en Santiago de Las Vegas (Cuba) en 1923. Estudia en la escuela media superior Cassinis de Sanremo, donde uno de sus compañeros es el futuro director de "Repubblica", Eugenio Scalfari. Participa en la guerra con los partisanos y sus vivencias quedan plasmadas en una de las obras maestras de la narrativa de la resistencia: "El sendero de los nidos de araña" (1947).
Sucesivamente, colabora con varios diarios y revistas y trabaja también como asesor editorial; además, efectúa varias estancias en Francia.
Políticamente comprometido con el Partido Comunista Italiano (PCI), se aleja del mismo tras los sucesos de Hungría; al inmovilismo del PCI ante dichos eventos, dedica el feroz apólogo de "La Gran Bonanza de las Antillas", publicado en 1957 en "Città aperta".
Entre sus numerosas obras narrativas cabe señalar "El vizconde demediado" (1952), "El barón rampante" (1957), "El caballero inexistente" (1959), "La jornada de un escrutador" (1963), "Las cosmicómicas" (1965), "Tiempo cero" (1968) "Las ciudades invisibles" (1972), "El castillo de los destinos cruzados" (1973), "Si una noche de invierno un viajero" (1979), "Palomar" (1983). En 1956, publica una selección de "Cuentos populares italianos", una recopilación de fábulas populares en los diferentes dialectos regionales; también es el autor de un famoso libro para niños, "Marcovaldo" (1963). En "Una pietra sopra" (1980), recopila numerosas intervenciones sobre el debate literario de la época; en "Colección de arena" (1984), recopila varios textos en prosa escritos en ocasiones particulares. Desde 1974 colabora por un lustro al "Corriere della Sera" con narraciones, apuntes de viaje e intervenciones sobre la realidad política y social del país; desde 1979, continúa dicha actividad en las columnas de "Repubblica" hasta su muerte, que acaece en 1985 mientras estaba ingresado en el hospital de Siena.

TEMA A TRABAJAR: La libertad de expresión, de participación y el pluralismo como valores centrales en un del estilo de vida democrático.

CONSIGNAS DE TRABAJO

1- Lee atentamente el cuento “Un general en la biblioteca”.

2- ¿Quién gobierna en Pandurria y porqué le preocupa lo que pasa en una biblioteca?

3- ¿Qué produce el contacto con los libros en el general y sus soldados?

4- Teniendo en cuenta los conceptos de democracia y dictadura, identifica en el texto ideas o fragmentos que puedas relacionar con alguna de estas formas de gobierno, luego explica el porque de la elección.

5- ¿Qué opinión te merece el final de este cuento? ¿Lo hubieras terminado así? ¿Crees que existe alguna relación entre este final y la historia o el presente de nuestro país?

Una pintura y su guía



Datos del Autor

Pintor francés cuya obra constituye un gran exponente del romanticismo del siglo XIX y cuya influencia se extendió hasta los impresionistas. Delacroix nació el 26 de abril de 1798 en Charenton-Saint Maurice, y fue discípulo del pintor francés Pierre Guérin. Recibió una formación neoclásica dentro de la escuela del pintor francés Jacques-Louis David, pero su estilo se vio influenciado por el rico colorido y la opulencia de maestros anteriores, como Petrus Paulus Rubens y Pablo Veronés. También absorbió el espíritu de su contemporáneo Théodore Géricault, cuyas primeras obras representan la acción violenta, el amor a la libertad y el romanticismo en ciernes del turbulento periodo postnapoleónico. La carrera artística de Delacroix empezó en 1822 cuando su primer cuadro, Dante y Virgilio en los infiernos (1822, Louvre, París), fue aceptado en el Salón de París. En 1824 obtuvo un gran éxito popular con Las matanzas de Kíos (Louvre), que representa el tema heroico de la lucha de los griegos por la independencia. En 1825 viajó a Inglaterra donde estudió la obra de los pintores ingleses. La influencia de Richard Parkes Bonington, que pintaba con colores brillantes, se manifiesta en obras posteriores de Delacroix como La muerte de Sardanápalo (1827, Louvre). Esta exuberante obra de madurez, de gran colorido, violencia y fastuosidad, muestra a mujeres, esclavos, joyas y telas combinados en una composición delirante, casi orgiástica. El tema del cuadro es la decisión que toma un rey de la antigüedad de destruir sus posesiones (incluidas sus esposas) antes de suicidarse.
Su obra más romántica y tal vez la más influyente es La libertad guiando al pueblo, también conocida como La barricada (1830, Louvre), una glorificación semialegórica de la idea de libertad. Este cuadro, que le valió la Legión de Honor, confirmó la clara división entre la pintura romántica, que resaltaba la importancia del color y el espíritu, y el concurrente neoclasicismo (de cuyo desarrollo Jean Auguste Dominique Ingres fue una de las figuras prominentes), que hacía más hincapié en la importancia del dibujo y en el distanciamiento respecto al tema. Delacroix fue durante toda su vida el pintor romántico más importante de Francia. Un viaje al norte de África en 1832 le proporcionó un amplio repertorio temático que plasmó en más de 100 cuadros de gran sensualidad. Recibió además muchos encargos oficiales para hacer murales y decorar el techo de diversos edificios gubernamentales. Muchas de sus últimas obras, en especial las pinturas de animales, escenas de caza y temas marinos, son excepcionales, pero otras exhiben una cierta aridez en su ejecución y falta de inspiración. También ilustró varias obras de William Shakespeare, Walter Scott y Johann W. von Goethe. La técnica de Delacroix, de grandes contrastes de color, que aplicaba con pequeños golpes de pincel creando un particular efecto de vibración, influyó de forma importante en los impresionistas. También es célebre por sus Diarios, en los que se manifiesta su talento literario y expresa sus opiniones sobre el arte, la política y la vida. Delacroix murió el 13 de agosto de 1863 en París.

Tema: El surgimiento de los derechos políticos y civiles en el contexto de la revolución francesa.

Consignas de Trabajo

1. Observa y examina atentamente el cuadro de Eugene Delacroix “La libertad guiando al pueblo”.

2. Identifica cada uno de los personajes del cuadro y describe sus características.

3. El cuadro hace alusión a un conflicto o batalla ¿Entre quienes se produce? ¿Por qué crees que se produce la lucha?

4. ¿Qué representa la mujer que se encuentra en el cuadro? ¿A favor y en contra de quien estará en la batalla? ¿Por qué? ¿Por qué crees que Delacroix decidió representarla con un busto al aire?

5. ¿Cómo relacionarías la escena representada en el cuadro con el surgimiento de los derechos políticos y civiles?

Por último un película

GUÍA DE VISIONADO Y ANÁLISIS DEL FILM “MACHUCA”


· Propósitos de la actividad:

- Identificar y analizar, tomando como ejemplo el argumento desarrollado en el film “Machuca”, las relaciones existentes entre el contexto sociopolítico, el contexto escolar y el contexto áulico.

- Reflexionar sobre la importancia de considerar estas relaciones a la hora de “contextualizar” y “situar” las prácticas pedagógicas.


Breve sinopsis argumental:

Ambientada en 1973 en Santiago, durante el gobierno socialista de Salvador Allende y régimen militar de Augusto Pinochet, la película cuenta la historia de dos amigos, uno de familia de clase alta, opositora al gobierno socialista de Salvador Allende, el otro de una familia muy pobre (Pedro Machuca), quien es integrado en un colegio para niños de clase alta, el Saint Patrick, un colegio católico ubicado en el sector Oriente de Santiago. El proyecto de integración social es encabezado por el director del colegio, el padre McEnroe, quien al implementar estas medidas dividió a los apoderados, especialmente enemistando a los apoderados con más dinero. Estas medidas llevaron a su despido después del golpe de estado de Augusto Pinochet. La película está basada en hechos reales. Este proyecto fue liderado por el Padre Gerardo Whelan.

CONSIGNAS DEL VISIONADO

A medida que se desarrolle el film, presten atención –y anoten de ser necesario- los siguientes aspectos:

- ¿Cuáles son las características del contexto social, político y económico en el que se desarrolla la historia? ¿Permanecen idénticas a lo largo de todo el desarrollo de la película o cambian?

- ¿Cuáles son las características del Colegio Saint Patrick? ¿Qué proyecto educativo intenta desarrollar? ¿Cuáles son las características del director (Padre McEnroe) y de los docentes que aparecen aludidos?

- ¿Cómo influye el contexto social, político y económico en la dinámica institucional? ¿Qué conflictos se evidencian?

- ¿Cómo influye el contexto social, político y económico en la dinámica áulica en el general y en la del grupo de estudiantes en particular? ¿Qué conflictos se evidencian?

- ¿Qué opinión le merece el final del film? ¿Por qué?

martes, 28 de septiembre de 2010

Cuestiones a tener en cuenta en las OBSERVACIONES

Estimados estudiantes, a continuación les planteamos algunas pautas generales a tener en cuenta en las OBSERVACIONES.

Encuadre general:

- Cada uno de los estudiantes debe realizar un mínimo de 7 observaciones. La idea es OBSERVAR PROCESOS, no clases aisladas, de manera que podamos ver los avances y las dificultades del compañero a lo largo de su su práctica. En este sentido recomendamos en lo posible ver más de una vez a un compañero y al mismo tiempo observar más de una escuela para tener un panorama de diferentes escenarios educativos.

- Cuando se va a observar a un/a compañera/o hay que llegar 5 o 10 minutos antes, para LEER LA PLANIFICACIÓN elaborada por este. Esto es indispensable para una buena observación de la clase.

- Las observaciones se realizan COMPLETAS, en ningún caso se puede ingresar al curso después de que el compañero inició su clase, ni salir antes de que termine.

- Si los observadores son más de uno, hay que UBICARSE EN DIFERENTES LUGARES del espacio áulico, esto posibilita tener diferentes perspectivas de lo que acontece y, en este sentido, enriquece la observación.

- Una vez terminada la clase hay que disponer de 10 a 15 minutos para realizarle UNA DEVOLUCIÓN AL COMPAÑERO OBSERVADO y entregarle el REGISTRO DE OBSERVACIÓN ELABORADO. Para esto es importante que el registro sea lo más prolijo posible, de manera que el compañero pueda entender claramente lo que se plantea. En este momento es donde se realiza la "entrevista de clarificación" con el objeto de conocer las percepciones del propio practicante respecto a la clase. Implica hablar de lo que aconteció.

- La modalidad de registro propuesta involucra la siguiente planilla (dividida en tres o columnas o más):

Hora Descripción de lo acontecido Apreciaciones
(Preguntas, valoraciones, hipótesis)

Sentido de la observación
Se busca particularmente la comprensión de lo que acontece en la clase, plantenado hipótesis, preguntas, valoraciones que ayuden a revisar y replantear la práctica desde una perspectiva constructiva.

¿En qué focalizar la mirada?
Respecto del compañero/docente:
- Estrategias y recursos que utiliza (uso del pizarrón, claridad en las consignas, secuencia y organización de las tareas o actividades, claridad y coherencia en el discurso, tipos de preguntas que realiza, uso de ejemplos, etc.)
- Contraste entre lo planificado y lo acontecido.

Respecto de los estudiantes:
- Participación de los estudiantes en las actividades planteadas (¿Por qué si o por qué no?).
- ¿Trabajan todos? ¿Trabajan algunos? Papel del docente en esto e hipótesis al respecto.

Otros aspectos de los mencionados en clase.

jueves, 9 de septiembre de 2010

EL JUEGO COMO INSTANCIA DE ENCUENTRO


Construcción metodológica

Desde Praxis IV se ha pensado aportar desde distintos ejes, herramientas metodológicas colaborando con la construcción de las propias propuestas pedagógicas.


¿QUÉ ES EL JUEGO?

El juego posibilita el precalentamiento, el emerger de dispares, la creación, el libre vaivén de la imaginación y la ruptura con lo establecido, el espacio para la espontaneidad y la trasformación, el acercamiento a un tema, la evaluación. Pero dentro de la dinámica del grupo de todos modos, el juego no es, ni será la única manera de interacción y expresión de los participantes.

La variedad de propuestas permiten crear un clima de alegría, de afecto y espontaneidad; se hace posible, progresivamente, la inclusión de los que no quieren, no saben o no pueden. Esto posibilita enfrentar las ansiedades y capitaliza los esfuerzos.

El Juego pertenece a Las técnicas participativas, l

Desarrollar un proceso de teorización sobre esa práctica como un proceso sistemático, ordenado, progresivo y al ritmo de los participantes, que permita ir descubriendo los elementos teóricos e ir profundizando de acuerdo al nivel de avance del grupo.

Este proceso de teorización debe permitir siempre regresar a la práctica para transformarla, mejorarla; es decir, regresar con nuevos elementos que permitan que el conocimiento inicial, la situación, el sentir de cual partimos, ahora nos lo podemos explicar, entender, e integrar científicamente.

Las técnicas participativas permiten:

· Desarrollar un proceso de discusión y reflexión

· Colectivizar el conocimiento individual, enriquecer éste y potenciar realmente el conocimiento colectivo

· Desarrollar una experiencia de reflexión educativa común

· La creación colectiva del conocimiento

PLANIFICANDO


PENSAR Y TRATAR DE SER CREATIVOS, INNOVADORES Y RESPETUOSOS CON LAS PROPIAS EXPECTATIVAS Y CON LOS ESTUDIANTES QUE TENDRÁN A CARGO,ES LO MÁS DIFICIL QUE SE HA PEDIDO.
PLANIFICAR REQUIERE RE-PENSARNOS Y RE-CREARNOS.

Construcción metodológica

!Hola! En este cuatrimestre hemos estado trabajando en la construcción metodológica.
Para ello hemos sugerido como bibliografía la lectura de “Métodos de enseñanza”, de María Cristina Davini.
Para introducirnos en el desarrollo de las familias de métodos, primero la autora comienza por desarrollar teorías de enseñanza:
- La enseñanza, como una acción intencional de transmisión cultural
- La enseñanza como mediación social y pedagógica.
- La enseñanza como sistema de relaciones e interacciones reguladas
- La enseñanza como una secuencia metódica de acciones
- La enseñanza y aprendizaje: práctica metódica de resultados abiertos
- La enseñanza. Poder , autoridad y autonomía
Según tus intencionalidades abordaras las prácticas orientándote más hacía la instrucción, en donde como docente serás el principal protagonista o te orientaras hacia la guía, generando andamiajes que faciliten el aprendizaje en tus estudiantes. La autora resalta que es importante encontrar un punto intermedio entre ambas orientaciones.!Suerte!